Sí... al fin tuve que dejar a mi niña
-como si fuera fácil dejarla tan sola y enamorada-
hablándole a la luna en el jol de la casa
La vi arrastrarse en la arena y llorar mientras se marchaba
Tantos años yendo y viniendo tras ella que llegué a fastidiarme!
Por eso: No voy a recatarla –me dije- No esta vez
Era mejor creer que la guardaría el mar de su infancia
ese viento del sur que la forjó
lunática y perezosa
ahora al fin sabrá cuánto la amé, cuánto quise protegerla y
que lloré su partida inmersa en la impiedad de
la austera conciencia que no albergo del todo
confieso que a veces tengo miedo que vuelvan
los vientos de la soledad a latigarme la espalda...
pero ni tanto!.. ad augusta per angusta/ comme il faut
Es mi modo de acariciarte
Mi manera de decirte Adiós
miércoles, 19 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario